Los países de África que registran los mayores avances formarán parte de las economías de más rápido crecimiento del mundo en 2024, pero sus ecosistemas de startups están a años luz de los flamantes centros de Silicon Valley. Prasenjit Sinha y Gift Lubele han resuelto algunos de los problemas más acuciantes del continente (y quizá del mundo) de la forma más sostenible que podamos imaginar.
Breev, cofundada por Prasenjit, surgió como idea en un viaje por carretera que convirtió un BMW i3 en el vehículo eléctrico con mayor autonomía de conducción de todo África. Breev pretende duplicar el acceso en África a la movilidad personal y, al mismo tiempo, reducir a la mitad su impacto en el medioambiente a través de puntos de carga asequibles para vehículos eléctricos. En la actualidad, hay 15 cargadores públicos activos en Kenia y Sudáfrica.
Kudoti, cofundada por Gift, ha digitalizado y rastreado más de 15 millones de toneladas de residuos en todo el mundo: desde Sudáfrica hasta Chile. Esta plataforma digital, que ofrece visibilidad sobre lo que ocurre con los residuos mediante datos en tiempo real, allana el camino para que las marcas sean totalmente circulares y más sostenibles en un mundo que genera al año más de 2000 millones de toneladas de residuos, que acaban en vertederos en su mayor parte.
Mediante conversaciones con ambos fundadores conseguimos arrojar algo de luz sobre cómo sus startups favorecen a una mayoría de la población con escasa representación y generan un valor que trasciende las fronteras de África mediante una combinación de tecnología e ingenio.
Prasenjit Sinha, 42, cofundador y director de Producto de Breev
Prasenjit Sinha ha trazado un plan ambicioso para Breev: instalar un cargador para vehículos eléctricos en todas las poblaciones de África. Se trata de una persona que no es ajena a la adversidad ni a la situación de las startups, ya que anteriormente cofundó Be Bold y Kudoti. Además, le han votado como uno de los 10 principales líderes de empresas indios en Sudáfrica.
Meta for Work Explores: ¿Qué particularidades, que la mayoría de la gente no conoce, tiene dirigir una startup en África? ¿Y qué impacto están logrando tus startups?
Prasenjit Sinha: Conocí e incluso hablé con Pascal Finette y Peter Diamandis en Silicon Valley. No entendía cómo la gente no ve las diferencias en términos de economía, conectividad y tecnología cuando piensa en una innovación tecnológica. Cuando hablamos de realidad virtual, realidad aumentada e inteligencia artificial, hay al menos mil millones de personas en el mundo que viven totalmente ajenas a ellas.
Siempre hay un estrato de personas que no están conectadas por el coste y la falta de infraestructura. Hay carencias de infraestructuras básicas como carreteras y ferrocarriles y, por lo tanto, de infraestructuras de telecomunicaciones. Cuando estuve en la Singularity University de San José y todos hablaban de la IA, el internet de las cosas y los mundos conectados globalmente, me quedé un poco desconcertado. ¿De qué habláis? Conozco a personas que viven a cinco kilómetros de aquí, de las cuales al menos entre 100 000 y 200 000 viven al día. De modo que la conectividad es la última de sus prioridades.
El primer y principal reto fue la brecha digital. De ahí surgió Kudoti. El reciclaje, como ocupación, permite a la gente relacionarse con el resto del mundo y ser productiva. Pero los habitantes de ciertos “townships” de Sudáfrica (barrios pobres en los que únicamente reside población negra) no tenían los dispositivos ni los medios para dar a conocer la buena labor que estaban haciendo.
Kudoti propicia ese intercambio de información y sirve de incentivo entre los que no tienen medios digitales y los fabricantes responsables. Al otro lado de 15 millones de toneladas de transacciones hay un recolector de residuos no oficial que percibe menos de un dólar al día. Un incentivo de casi 50 céntimos de dólar por cada kilo de residuos supone un aumento sustancial de sus ingresos.
Pero ¿qué sucede con todas esas personas que no han tenido acceso a la conectividad y, por ende, no han podido compartir el trabajo de reciclaje que han llevado a cabo? Por eso también participo en la iniciativa United Wireless: una red panafricana de acceso inalámbrico fijo que contribuirá a reducir el coste de la infraestructura de red.
La tecnología inalámbrica fija elimina la necesidad de tender fibra y consigue velocidades similares a las de la fibra con una interfaz aérea que abarca distancias enormes, de entre 10 y 15 kilómetros cada una. Antes de que acabe el año, habremos alcanzado la insólita cifra de 5 millones de hogares. Nuestro principal inversor es MTN Sudáfrica. La segunda red de la que recibimos un compromiso de financiación de 18 millones de dólares, justo el mes pasado, se encuentra en Uganda, donde la penetración de internet apenas alcanza el 30 %. Tenemos previsto crear una red con capacidad para 300 000 suscripciones de banda ancha este año. Y ahora tenemos la mirada puesta en Nigeria.
¿Qué problema pretende resolver Breev que sea exclusivo de Sudáfrica y de todo el continente?
P. D.: Breev existe porque el 70 % de la población africana no tiene acceso a la movilidad personal. Esto no es Occidente. Millones de personas de aquí no han cogido un autobús decente en su vida, por no hablar de tener una moto para ir del punto A al B. Vengo de la India, por eso sé que esto existe. Si coges la bicicleta de un repartidor de leche y la sustituyes por una moto, su negocio crece de forma radical, pero el precio del combustible es un impedimento.
Dado que en África las placas fotovoltaicas y los vehículos eléctricos están ya al mismo nivel de precios, las motos eléctricas se han equiparado con las de gasolina. La misión ahora es desarrollar la movilidad personal de los africanos, lo que implica cargar vehículos de dos y tres ruedas y abastecer de combustible a las pequeñas empresas. Por eso nos centramos en los lugares públicos y no en [zonas ricas como] Melrose Arch y Sandton City, porque eso ya lo han hecho Gridcars y Jaguar, ya que tienen que vender vehículos allí. Esto es para los entre 20 y 30 millones de personas adultas que carecen de movilidad personal en Sudáfrica. Si la tuvieran, imagina lo que eso podría suponer para la economía, en un momento en el que todo el mundo coincide en que la economía está en crisis.
MFWE: ¿A qué otros grandes retos en lo referente al transporte se enfrenta Sudáfrica?
P. D.: El transporte público en Sudáfrica sigue acumulando un retraso de 20 años. Las personas que trabajan con nosotros y mi familia viven en “townships” y tienen que cambiar dos o tres veces al día de minibus público para ir a la oficina. Y no viven a más de 10 kilómetros. El transporte público está fragmentado y no hay tanta disponibilidad como cuando yo vivía en Bombay.
Kenia va muy por delante: cuentan con 1,2 millones de boda-bodas [mototaxis]. Para mí, en eso consiste realmente el transporte público, ya que una boda-boda es accesible, llega a cualquier parte y son más baratas de mantener. Detrás hay un millón de empresas que funcionan de verdad desde la base de la pirámide hasta la cúspide. Sudáfrica solo tiene 50 000 motos como esas. Kenia está mejor equipada para la economía del e-commerce de lo que lo estaba Sudáfrica. Tenemos que ponernos al día, incluso en el sur de África. Es una situación paradójica.
Gift Lubele, 26, cofundador y director de Operaciones de Kudoti
Conferenciante de TEDx, miembro de la iniciativa Global Shapers del Foro Económico Mundial e integrante de la lista de los 20 principales emprendedores menores de 30 años de Fast Company, a Gift Lubele se le conoce como el emprendedor de la economía circular que “convierte los residuos en dinero”.
Kudoti recibió el premio a la Empresa más Innovadora de Sudáfrica en 2020 y el galardón Premio Nestlé 2021 a la Creación de Valor Compartido. Además cuenta con el respaldo de Google for Startups Black Founders Fund Africa y Techstar para la etapa presemilla.
MFWE: ¿Podrías contarnos cómo ayuda Kudoti a las empresas de residuos a coordinar sus actividades y qué beneficios aporta a todas las partes interesadas de la cadena de valor?
Gift Lubele: Por lo general, una empresa de residuos tiene entre tres y cuatro etapas que acaban con algún tipo de reporte directo a los clientes, socios o patrocinadores.
Nos hemos dado cuenta de que esas distintas fases no cuentan con un método óptimo que permita a las empresas de residuos recopilar datos. Los datos se obtienen de forma manual, con hojas de cálculo Excel y métodos en soporte papel, que en realidad funcionan, pero que no permiten realizar muchos análisis.
Ayudamos a estas empresas proporcionándoles una plataforma digital que les ayude a crecer. Digitalizar las operaciones te permite obtener datos de calidad. A partir de ahí, puedes conseguir más financiación y apoyo de posibles socios porque puedes mostrarles el rendimiento de tu negocio. Como propietario de una empresa, ahora dispones de un cuadro de mandos inteligente e interactivo que te permite hacer análisis empresariales de forma sencilla.
Por ejemplo, al plástico o PET le afectan las fluctuaciones del petróleo. Muchas pymes de este sector no saben realmente cómo abordar esta situación. Esperan y actúan sobre la marcha. Si dispones de datos históricos valiosos presentados de forma atractiva, puedes analizar el rendimiento y ajustar los precios para mantener tu actividad comercial.
Vemos a las empresas de reciclaje como una plataforma para ayudar a las marcas. Muchas marcas han apostado por adoptar una economía circular, pero no saben cómo lograrlo. No hay casos prácticos reales que demuestren que una marca es realmente circular. Estamos creando una red de pymes de reciclaje que se encargan de recepcionar determinados materiales, y pasan a formar parte de nuestras iniciativas que engloban a las marcas.
Llevamos tiempo trabajando con Heineken. Comercializan muchas botellas (800 millones) en el mercado sudafricano. Antes no sabían muy bien dónde iban a parar esos envases, quién los gestionaba y, principalmente, cómo podían volver a su cadena diaria.
En la actualidad, muchas pymes se encargan de estas botellas, pero trabajan ajenas a la marca. Lo que hemos logrado es trabajar con pymes de los “townships”, proveedores de logística e incluso recolectores de residuos no oficiales. Los hemos incorporado a la plataforma, hemos personalizado los distintos puntos de datos que se necesitan en cada etapa y así hemos podido rastrear dónde se recogió un envase de Heineken, quién lo hizo y dónde está.
Pero lo más importante es que podemos cambiar el destino de esa botella y devolverla a la cadena de valor de Heineken; esa misma botella que, de lo contrario, acabaría en un vertedero. Ahora no solo tenemos datos útiles para que Heineken pueda decir: “Estos son los datos de cuántas botellas hemos reciclado”. Sino para que también pueda afirmar: “Este es el número de botellas que hemos devuelto a nuestra cadena de valor”.
En definitiva, disminuimos la cantidad de material virgen que llega a su cadena de producción y, por tanto, aumentamos la cantidad total de material reciclado que usa para la fabricación. Toda esa cadena de valor implica trabajar con pymes de reciclaje que ya están gestionando esos envases. Colaborar con ellas, digitalizarlas y ayudarlas a mejorar la eficacia de sus operaciones nos está ayudando a sentar una base sólida para otros proyectos interesantes que estamos llevando a cabo con las marcas.
MFWE: ¿Qué repercusión ha tenido todo esto en la economía informal?
GL: Antes, no se reconocía a los recolectores de residuos no oficiales. Se les veía como si fueran salvajes. Ni siquiera el Gobierno los tenía en cuenta hasta que, en un estudio reciente, se demostró que los recolectores de residuos no oficiales se encargan de entre el 80 y el 90 % de todos los envases domésticos, y que suponían un ahorro para el Gobierno de hasta 850 millones de rands anuales en costes de vertido potenciales.
La principal organización que representa a estos recolectores en Sudáfrica está respaldada por una base de datos de entre tres mil y cuatro mil personas. En cuatro provincias de Sudáfrica, les hemos dado visibilidad sobre quién está haciendo bien su trabajo desde el punto de vista de la recogida de residuos. Al demostrar la importancia que tienen estas personas, hemos podido obtener una cantidad considerable de inversiones que la administración de Ciudad del Cabo destina a estas pymes.
MFWE: En tu caso, que te has criado en uno de estos “townships”, ¿a qué otros retos se enfrentan estas comunidades y cuál ha sido tu aportación?
GL: En Sudáfrica, la gente viene de zonas muy rurales, después se va a vivir a “townships” y más tarde a una pequeña ciudad. Si las cosas van bien, se muda a una gran ciudad. Muchas personas ni siquiera llegan a la pequeña ciudad, se quedan atrapadas en los “townships” para siempre. Ahí se encuentra la inmensa mayoría de los sudafricanos, que vienen de las zonas rurales en busca de oportunidades de empleo, que no existen. Solo unos pocos consiguen salir de ahí.
Tenemos entre manos un proyecto con el Gobierno de Ciudad del Cabo y estamos presentes en siete “townships”. Es el mismo patrón: delincuencia, desempleo, electricidad, agua y crisis de infraestructuras. Cuando conozco a alguien de un “township”, siento un gran afecto porque comprendo lo difícil que es salir de ahí. Una vez que lo has logrado, tienes casi la obligación de intentar ayudar en lo que puedas.
De compartir cómo haces las cosas. De dar a conocer los retos a los que te has enfrentado. De contar cómo los has superado.
Uno de los problemas de permanecer en los “townships” es que en ellos no se tiene acceso a personas de alto valor que puedan ser mentores o referentes. Tienes que salir de ahí y buscarlas en otra parte, y nada te garantizar que vayas a encontrarlas. Creo que la gente necesita ver que es posible salir de los suburbios y hacer algo bastante significativo con su vida.
Acabar con la brecha de la igualdad en una parte del mundo mejora nuestra huella de carbono colectiva
Al aportar alternativas de combustible más baratas y limpias a las comunidades africanas, Breev abre las puertas de un futuro lleno de posibilidades a millones de personas desfavorecidas. “Una movilidad personal asequible trae consigo que la gente pueda desplazarse de forma segura de su casa al trabajo en la mitad del tiempo que ahora”, afirma Prasenjit. “Tiempo que podrá dedicar a estudiar, acabar la universidad y pagar la hipoteca en menos tiempo”. Y Breev acelera este resultado compartiendo principios, proyectos y estrategias con otras startups de recarga de vehículos eléctricos de países en vías de desarrollo.
Kudoti ha mejorado la eficacia en el espacio de la gestión de residuos de las pymes. Y, más importante aún, ha logrado que las partes interesadas de la industria manufacturera puedan usar su plataforma para promover la trazabilidad de su cadena de valor interna o externa y revertir así su cadena de suministro. Las marcas, que ahora disponen de datos de sostenibilidad verificados, pueden rendir cuenta ante sus inversores, socios y clientes.
Gift cree que aún hay mucho más por hacer. “Hablamos mucho con grandes marcas que se han fijado objetivos de sostenibilidad y circularidad, pero convertir esas grandes metas en acciones les está llevando mucho tiempo. Las marcas tienen que seguir reflexionando sobre esto para lograr que sus objetivos sean prácticos», afirmó.
Breev y Kudoti son dos ejemplos de casos atípicos y ambiciosos que aprovechan las lecciones del presente para dar forma al trabajo del mañana. Si quieres leer otro caso, no te pierdas nuestro encuentro con la Dra. Wong Man Ho y descubre cómo ella y sus compañeros están logrando acabar con las barreras lingüísticas gracias a la IA.