"El viento sigue siendo una fuerza indomable y desaprovechada; y es probable que uno de los mayores avances del futuro sea la capacidad de domesticarlo y dominarlo".
Estas palabras de Abraham Lincoln en una conferencia en 1858 reflejaron el creciente interés por la energía eólica en el siglo XIX, pero hubo que esperar hasta 1980 para que se construyera el primer parque eólico del mundo. Y, a pesar de que los gobiernos de todo el mundo conocen sus beneficios desde hace más de 50 años, la energía eólica se enfrenta a una serie de desafíos.
El primer problema es que, para que los parques eólicos sean capaces de abastecer de energía a más que unos pocos hogares o empresas, se requieren grandes turbinas que, al instalarse en el paisaje, suelen generar oposición por parte de las comunidades locales, cuyo apoyo es un factor clave para el desarrollo de nuevas instalaciones. Sin embargo, las posturas comienzan a cambiar, sobre todo con la viabilidad cada vez mayor de los parques eólicos marinos y la inminente necesidad de hacer frente a la crisis climática mundial. Este cambio en la percepción pública demuestra el progreso de las innovaciones en materia de energía ecológica.
En la última década, los gobiernos de nuestros países también prestaron más atención a la energía eólica. Por ejemplo, Estados Unidos aprobó en 2022 la Ley de reducción de la inflación, con la que se prevé destinar 783.000 millones de USD al gasto público en energías renovables.
Sin embargo, además del posicionamiento político y la opinión pública, la energía eólica se enfrenta a otros desafíos, como la meteorología impredecible, la integración en las redes eléctricas y los problemas relacionados con las cadenas de suministro, la capacitación, los costos de mantenimiento y la educación. Afortunadamente, las nuevas tecnologías, en particular la capacitación con VR, empiezan a resolver muchos de esos problemas.
"Un aspecto clave de la capacitación con VR es que permite realizar actividades de aprendizaje en un entorno realista sin necesidad de interferir en el funcionamiento de los activos, como detener un aerogenerador en un día ventoso para que el personal pueda acceder a él y realizar un ejercicio de formación", explica Nicola Rossi, director de innovación de Enel Grids and Innovability (parte del Grupo Enel). "Este es un desafío clave que resuelve la realidad virtual en cualquier campo industrial, como la producción y distribución de energía, que no pueda interrumpirse en ningún momento".
El Grupo Enel opera en 30 países de todo el mundo, y Enel Grids (el área de la empresa encargada de la distribución de energía) utiliza la realidad virtual en el sector de las energías renovables desde 2018, con salas dedicadas a la capacitación con VR creadas en cada una de las 11 instalaciones de capacitación de la empresa en Italia.
El sistema de VR de Enel, llamado “VeRA", permite que varios usuarios participen en 25 situaciones de capacitación y ofrece una respuesta háptica, lo que hace que la experiencia sea aún más eficaz. Y las críticas fueron muy positivas.
"Nuestro ejercicio de evacuación de la barquilla de la turbina eólica (la estructura que contiene todos los componentes generadores de una turbina eólica) recibió comentarios muy positivos de los usuarios, que lo consideraron muy envolvente y atractivo", afirma Rossi. "En Italia, todos los empleados nuevos de Enel Grids tienen alguna experiencia de formación con VR durante la capacitación introductoria anual de seguridad". Esto les proporciona habilidades vitales para sus carreras en el sector de las energías renovables.
A pesar de la buena recepción por gran parte de las personas, la capacitación con VR sigue presentando inconvenientes en el sector de las energías renovables, como la falta de normas y la necesidad de ofrecer una representación exacta en realidad virtual de las condiciones de trabajo reales.
"Reproducir las fuerzas físicas, las variaciones de temperatura o la percepción táctil es muy difícil", reconoce Rossi. "La percepción del usuario es un factor clave para que los programas de formación sean eficaces. Por ello, al desarrollar contenido de capacitación con VR, es fundamental que la experiencia genere un impacto duradero y favorezca la retención de las lecciones por parte de los usuarios".
Eagle Wu es el fundador de Vinci VR, una empresa que ofrece capacitación con VR a la mayoría de los principales operadores de energía eólica de Estados Unidos. Su objetivo es superar algunas de las dificultades a las que se enfrenta el aprendizaje en VR, que supone un gran desafío cuando hay tan poca experiencia práctica en la que basarse.
"En el noreste de Estados Unidos, no hay fuerza de trabajo con experiencia en energías ecológicas. No existe", explica Wu. "Allí, y en la mayor parte del país, el interés gira en torno al gas natural. Las personas no conocen las energías limpias. No saben qué empleos hay disponibles a su alcance. Por lo tanto, la mayor parte de nuestro trabajo se centra en la educación".
Junto con Siemens Gamesa, uno de los principales fabricantes de turbinas, Vinci VR creó la primera capacitación en VR sobre turbinas eólicas marinas que supera las auditorías de la Global Wind Organization (GWO). Vinci VR ahora usa esta certificación para ayudar a clientes como Avangrid Renewables a llevar a cabo 'Vineyard Wind 1', el primer proyecto eólico marino de escala comercial de Estados Unidos, que actualmente se está construyendo a unas 13 millas náuticas al sur de Martha's Vineyard, Massachusetts.
"La mayor parte de nuestra fuerza de trabajo tiene experiencia en el sector de la construcción civil pesada, pero no en el de la energía eólica marina", afirma Dan Kent, director de relaciones laborales de Vineyard Wind. "La comunidad donde estamos está entusiasmada, pero no comprende la magnitud de esta empresa. Con un visor Quest, las personas interesadas reciben formación experimental sin tener que desplazarse. Esta flexibilidad fue esencial para que nuestro proyecto tuviera éxito".
Vineyard Wind utilizó la certificación de Vinci VR para presentar situaciones prácticas a los trabajadores del sindicato, en las que se simulan alturas y espacios cerrados. Además, la certificación también se está utilizando en módulos educativos de programas universitarios de energías renovables con el fin de formar a la próxima generación de trabajadores de la energía eólica.
"Entre los estudiantes que participan en nuestro módulo sobre tecnología eólica marina observamos un aumento del 64% en la comprensión de lo que es el sector de la energía eólica", señala Wu. "Los estudiantes pueden aumentar significativamente su nivel de comprensión. La capacitación anterior se impartía mediante PowerPoint. Pero no es hasta que se ponen un visor de VR que realmente entienden todo. Además, observamos que, una vez finalizada la capacitación, aumentaba en un 20% el interés por seguir estudiando carreras relacionadas con la tecnología eólica [en comparación con los estudiantes que no tenían experiencia con la realidad virtual]".
Un acceso más fácil a los sistemas de VR independientes es una enorme ventaja para Vinci VR. La empresa prioriza ayudar a las escuelas que no tienen un presupuesto como los de la Ivy League a aprovechar al máximo las experiencias de aprendizaje en VR.
"Recuerdo cuando empezamos a dedicarnos a esto hace unos años. Si tenía un grupo de 20 estudiantes, tal vez uno había usado la realidad virtual alguna vez", comenta Wu. "Ahora, de ese mismo grupo, alrededor de la mitad ya utilizó VR. Y eso es gracias a Quest. Los estudiantes no paraban de decir cosas como: 'Tengo Beat Saber en casa con el Quest'. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que era la plataforma adecuada, ya que no necesitábamos realizar ninguna capacitación o incorporación. Si la mayoría de los usuarios ya utilizan el sistema, todo es más fácil".
La experiencia de Vinci VR también se repite en Europa, donde la empresa de simulación de realidad virtual VRAI, con sede en el Reino Unido, descubrió que el acceso a los visores está abriendo las puertas a una nueva generación de nativos de la realidad virtual.
"Hoy en día, alrededor del 50% de las personas con las que hablo utilizaron alguna vez la realidad virtual", explica Niall Campion, director general de VRAI. "Pero, hace cinco años, el 99% nunca la había probado. Unos meses después de que saliera el primer Quest, recibimos un montón de llamadas y correos electrónicos que decían más o menos lo mismo: 'Acabo de probar este visor de VR y sé cómo podría usarlo en mi trabajo'. Esos 20 millones de visores hicieron que las personas se familiarizaran con la tecnología, porque hasta que no la usas es muy difícil explicar lo que hace la realidad virtual".
Pat O'Connor y Niall Campion fundaron VRAI en 2017, con oficinas ubicadas en el norte de Inglaterra y en Dublín, Irlanda. En un principio, la empresa se centró en los sectores aeroespacial y de defensa, donde ayudó a reducir considerablemente el costo de la capacitación en simulación. Luego, se volcó a las innovaciones en materia de energía ecológica y aprovechó la realidad virtual para ofrecer soluciones integrales de capacitación en el sector de las energías renovables.
"Antes de la realidad virtual, cosas como los simuladores de vuelo completos podían costar millones de libras. Pero la realidad virtual hace que todo sea más accesible", afirma Campion. "Con visores como el Meta Quest, por 500 GBP puedes tener un simulador en un estante de tu casa. Por ejemplo, supongamos que soy técnico en energía eólica marina. Mañana me embarco. Y puedo hacer un repaso rápido de lo que es estar en la turbina sin salir de casa".
Tras su incursión en el sector de la energía eólica marina, VRAI empezó a estudiar la formación que se ofrecía a los empleados nuevos y a los actuales, y concluyó de que no proporcionaba la preparación adecuada.
"Cuando empezamos a interesarnos por la energía eólica, uno de nuestros empleados completó uno de los módulos de la formación básica sobre turbinas eólicas; específicamente, el de seguridad contra incendios", explica Campion. "La capacitación consistía en saber qué hacer en caso de incendio en un aerogenerador. En total, eran unas seis horas con presentaciones de PowerPoint. Luego, fueron al estacionamiento, donde observaron cómo el instructor utilizaba un extintor. Y eso los capacitaba para apagar un incendio en una turbina eólica. Sabíamos que tenía que haber una forma mejor de hacerlo".
Con los visores, los alumnos pueden visitar una turbina, ingresar a ella y operarla. Pueden experimentar diversas situaciones varias veces. Eso empieza a reforzar el comportamiento adecuado en una simulación determinada.
"La formación implica siempre inculcar pautas de comportamiento a las personas para que, en situaciones de tensión, no piensen, sino que simplemente actúen", asegura Campion. "Si hay un incendio en una turbina, nadie recordará la diapositiva 17 de una presentación de PowerPoint. El cerebro no funciona así".
Basándose en su experiencia en los sectores aeroespacial y de defensa, VRAI creó un nuevo simulador para combatir incendios en turbinas eólicas marinas. Gracias a su foco en el análisis de datos, VRAI midió datos biométricos para comprender la carga cognitiva y determinar cuándo los alumnos estaban 'saturados de tareas'.
"Lo esencial de la capacitación con simuladores, o de la capacitación en general, es prepararte para cuando tengas que hacer el trabajo de verdad, cuando la presión sea realmente alta", indica Campion. "Ahí es donde empiezas a ver realmente el valor de los datos. Puedes entender cuándo alguien no podrá completar su trabajo con éxito, y entonces identificar dónde necesita más formación para mejorar su carga cognitiva".
Sin embargo, a pesar de los grandes avances de los últimos años, aún hay margen para mejorar la capacitación con VR. Los desafíos que plantea el uso de las nuevas tecnologías seguirán determinando la forma en que se imparte la formación.
"Nos preguntamos cómo podríamos haber hecho mejor las cosas al final de cada proyecto", revela Campion. "En un entorno de formación, la mitad de las personas ingresan a la realidad virtual sin haberla probado antes. Por eso, siempre se busca el equilibrio entre mostrar a alguien cómo funciona la tecnología y la necesidad de aprender. No está allí para aprender a utilizar la realidad virtual, por lo que debemos asegurarnos de que la tecnología no se interponga en su aprendizaje. Ese es uno de los mayores desafíos de toda capacitación con realidad virtual".
Si una empresa desea invertir en capacitación con VR, ya sea en el sector de las energías renovables o en cualquier otro, Nicola Rossi, de Enel, recomienda que la prioridad máxima sea contar con un argumento comercial sólido.
"Recomendamos asegurarse de que las situaciones de capacitación con VR que se desarrollen tengan un argumento comercial sostenible y una base de usuarios sólida", afirma. "Si los costos no se justifican por la base de usuarios, la inversión inicial corre peligro, por lo que es mejor avanzar gradualmente e ir mejorando a medida que crece la base de usuarios. También es importante garantizar un nivel elevado de realismo con tecnología de vanguardia, lo que requiere un trabajo continuo de exploración e investigación".
La integración de la realidad virtual en los programas de formación no es una simple innovación; es una revolución en la forma de preparar a la próxima generación para los desafíos que plantea la energía sostenible. Conforme transitamos el cambiante panorama de las innovaciones en materia de energía ecológica, se hace evidente que la capacitación con VR es mucho más que una herramienta: es la puerta de entrada a un futuro en el que las energías renovables serán la norma, no la excepción. Y tampoco afecta únicamente a la energía: la realidad virtual tiene repercusiones en muchos sectores, como el farmacéutico, el de la construcción e incluso el de la aviación.. Y es solo el comienzo.