¿Puede la semana laboral de cuatro días hacerse realidad?
¿Ya tienes ganas de viernes? ¿Y qué supondría que el fin de semana empezase el jueves? ¿En qué consiste la semana laboral de cuatro días?
En 1926, Henry Ford, animado por el aumento de productividad que se obtenía cuando los trabajadores estaban más descansados, redujo la semana laboral de su fábrica de seis a cinco días. El resultado predecible fue un aumento de productividad en la línea de producción. Sin embargo, las consecuencias en la construcción de infraestructuras para que pudieran circular estos revolucionarios vehículos de motor eran menos predecibles. La creación de autopistas se derivó en una asistencia sanitaria y una nutrición de mejor calidad, ya que las redes de suministro dejaron de reducirse a las rutas de ferrocarril y barco, y también provocó una explosión artística y de entretenimiento, con actividades como espectáculos itinerantes y autocines.
Gracias a la transformación impulsada por las ventajas en la infraestructura y las carreteras, la Isla del Príncipe Eduardo, la más pequeña de las diez provincias de Canadá, se ha convertido en aquella con mayor densidad de población en la actualidad. La nieve todavía cubre el suelo y Josh, Emma y Toby, su cruce de Schnauzer de nueve años, salen de paseo pronto por la mañana. Josh trabaja para Sensei Labs, una de las empresas canadienses que están poniendo a prueba la semana laboral de cuatro días. “La semana laboral de cuatro días es todo un regalo”, afirma. “Se espera que hagamos el 100 % del trabajo cobrando el 100 % de nuestro sueldo, pero en el 80 % de tiempo”.
La semana laboral de cuatro días, que ya se está poniendo a prueba en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y varios lugares de Europa, es el último remedio que se está explorando para combatir desafíos globales como el agotamiento y los problemas de contratación y retención de trabajadores. Sin embargo, ¿cómo está beneficiando esta medida a los empleados? ¿Podría tener implicaciones más amplias?
Hasta hace poco, Josh y Emma vivían en Toronto. La expansión del trabajo remoto les ha permitido acelerar su objetivo a largo plazo de mudarse a Isla del Príncipe Eduardo, para que Toby pudiese disfrutar de más espacio. “Vivíamos en un apartamento en un sótano, así que teníamos que llevarlo de paseo cada dos por tres. Es un torbellino y necesita mucha atención”, explica Emma.
Mientras Toby entra por la puerta principal de su nuevo hogar, una de las muchas cajas de embalaje que quedan por abrir se cae al suelo. En cuanto se organicen un poco, la pareja se instalará en la que será su oficina de trabajo remoto permanente, que todavía está vacía a excepción de unos estantes llenos de discos de disc golf de colores llamativos. Suponemos que serán los juguetes de Toby.
Pero ¿cómo fue la transición de Josh a la semana laboral de cuatro días? “Al principio estaba emocionadísimo, pero no tardé en empezar a preguntarme cómo iba a abarcar todo el trabajo en cuatro días. Sensei Labs aplicó un enfoque muy detallado. La empresa anunció la prueba de la semana laboral de cuatro días en primavera de 2022 y empezamos a implementarla en otoño. Y ahora estamos llegando al final de la prueba”.
La empresa de Emma no está participando en la prueba, así que nos preguntamos cómo se habrá adaptado la pareja a este nuevo desajuste de horarios. “Me alegré por él, pero me daba mucha envidia”, cuenta Emma entre risas. “Tenía un montón de días libres acumulados, así que me los cogí para que pudiéramos irnos a hacer cosas juntos. Eso me ayudó a adaptarme”.
Josh irradia entusiasmo cuando habla del nuevo equilibrio entre la vida y el trabajo que está experimentando. “Al fin y al cabo, el viernes es un día laboral. Todos los sitios están abiertos. Hay muchas cosas que son difíciles de coordinar en tu vida normal porque los negocios solo abren en horario laboral, así que es todo un logro que pueda coger e ir a cortarme el pelo, por ejemplo”.
De repente, se oye un ladrido y un golpe, así que Josh y Emma se levantan para ver qué trama Toby.
¿Qué ventajas ofrece la semana laboral de cuatro días?
Los resultados de un estudio indican que una persona promedio pasa 47 días haciendo cola durante toda su vida. A nadie le gusta tener que esperar de pie, pero, al tener más tiempo para organizar y acudir a esas revisiones médicas a las que solo se puede asistir en el horario laboral estándar, quizá contar con un tercer día libre podría reducir aquellos casos de enfermedades que suelen pasar desapercibidas.
Ya vuelven Josh y Emma. Toby se sienta en el regazo de Emma de forma casi voluntaria y Josh sigue hablando del progreso de sus viernes. “Podría dormir más o estar un par de horas jugando a videojuegos o viendo el fútbol, pero mi primer instinto fue aprovechar para hacer cosas. Ahora que tengo los viernes libres, lo veo como una gran oportunidad”. Emma interviene y nos cuenta que Josh se va a jugar a disc golf “cada dos por tres”.
Para los que no estén familiarizados, la Professional Disc Golf Association (sí, existe de verdad) describe el disc golf como un deporte muy parecido al golf en el que, en vez de usar palos y pelotas, los jugadores usan discos voladores o frisbees. La Isla del Príncipe Eduardo se ha convertido en todo un epicentro de este deporte y organiza los campeonatos nacionales con frecuencia. Y Josh no es el único aficionado: hay más de 250 000 jugadores registrados. “Conozco al menos a dos grupos de chicos de la comunidad de Toronto que vienen de vacaciones aquí. Recorren 18 horas en coche solo para jugar al disc golf”.
Toby también es todo un fanático. Se tambalea frente al estante de los discos de colores. Resulta que, al final, los juguetes no eran suyos…
El aumento de actividades como el deporte recreativo y los viajes de ocio son resultados predecibles de la semana laboral de cuatro días. Pero ¿podría este tercer día de descanso provocar un renacimiento regional del ocio y el entretenimiento, como sucedió con el coche de motor de Ford? ¿Tendrá esta audiencia más liberada las pilas más cargadas para viajar más lejos y experimentar esas manifestaciones culturales en persona, en lugar de hacerlo de forma remota? Y, en definitiva, ¿podría esta creciente audiencia aumentar la demanda de nuevas formas de entretenimiento de experiencia, más allá de los estadios, los escenarios y las pantallas?
Después de evitar la catástrofe en la estantería, Josh sigue explicando el creciente impacto del disc golf en sus viernes. Ahora gestiona un curso en la finca Glenaladale de la Isla del Príncipe Eduardo. “La finca la dirige una organización sin ánimo de lucro que quería atraer a más miembros a la comunidad, sobre todo a gente joven. Tienen unas doce hectáreas de terreno, parte con bosque y parte despejado. Algunos viernes me paso todo el día allí trabajando con la motosierra. El curso se inauguró el año pasado, así que todavía queda mucho trabajo por hacer y siempre estamos haciendo cambios”.
Puede que, para mucha gente, el mantenimiento de los árboles no sea la forma ideal de empezar el fin de semana de tres días, pero, ahora que mucha gente no dedica el 20 % de su antigua jornada a su empresa, ¿podría la semana laboral de cuatro días provocar un resurgimiento del sector del voluntariado? ¿Se dedicarán los trabajadores a dormir un poco más por las mañanas o aprovecharán la oportunidad para colaborar con organizaciones sin ánimo de lucro y fortalecer su compromiso y su presencia en las comunidades locales?
Josh continúa, “Ahora me centro sobre todo en actividades administrativas relacionadas con el curso, como pedir esos discos”, cuenta mientras señala la estantería que tiene detrás, “ayudar a establecer una nueva marca, trabajar con el diseñador y establecernos como empresa. Le dedicamos un montón de horas. Al principio, como organización sin ánimo de lucro, nuestra financiación provenía principalmente de un programa del gobierno. Ahora hemos hecho la transición a curso de pago con planes anuales”.
Pero, entonces, ¿de verdad merece la pena esta nueva programación del trabajo?
Se ha hablado mucho de la economía colaborativa y de las fuentes de ingresos adicionales, pero ¿podría la semana laboral de cuatro días ofrecer a los trabajadores la oportunidad de explorar plenamente sus aspiraciones empresariales sin coste alguno para la empresa en la que trabajan? ¿Podría la extensión del fin de semana de tres días dar lugar a una generación con carreras profesionales bidimensionales en la nueva era de los productos artesanales y los servicios boutique y, en consecuencia, a una revitalización de las economías locales?
Emma vuelve después de dejar a Toby mordisqueando un juguete chillón en la cocina. Es evidente que Josh se ha adaptado por completo a la semana laboral de cuatro días. “Me extrañaría que las empresas no empezaran a incorporar este modelo de alguna manera en los próximos dos años”, cuenta Emma. “Ofrece ventajas de todo tipo. Creo que podría convertirse en la norma dentro de dos o cinco años”.
¿Qué va a hacer Josh el viernes de esta semana? “Ya está aquí la primavera, así que el domingo empieza la liga. Tenemos que cambiar la distribución y colocar todo tipo de carteles”. Vale, pero si ahora la noche del jueves es como la antigua noche del viernes… “Pues he comprado una plastificadora, así que esta noche voy a plastificar carteles”. Los dos se ríen y sacuden la cabeza.
Con la adopción de una infraestructura de trabajo remoto a nivel global, las nuevas tecnologías han vuelto a plantear oportunidades de evolución para las prácticas de trabajo. La semana laboral de cuatro días está ganando adeptos en todo el mundo y prácticamente la totalidad de las 61 empresas que participaron en la prueba de Reino Unido están dispuestas a mantener el nuevo modelo. Si este modelo es el futuro del trabajo, el próximo reto podría ser ayudar a los trabajadores a funcionar de forma distinta para equilibrar el compromiso laboral tradicional con sus propias aspiraciones y seguir avanzando hacia una era dorada de bienestar, compromiso, autoexpresión y presencia.