La realidad mixta, la inteligencia artificial, las gafas inteligentes, los macromodelos lingüísticos, la automatización, el 5G, el internet de las cosas…
Cada una de estas innovaciones tiene el potencial de revolucionar la forma en que vivimos. Pero ¿y la forma en que trabajamos? ¿Cómo está transformando la realidad mixta aspectos como la formación y la colaboración? ¿Qué impacto tendrá la IA en los trabajos? ¿Cómo evolucionará el hardware para ser más accesible? ¿Qué sucederá cuando los entornos laborales estén conectados por millones de sensores? Descubrámoslo.
“Realidad mixta” es un término que abarca las experiencias virtuales totalmente inmersivas (es decir, la realidad virtual o VR) y las experiencias combinadas en las que los objetos digitales aumentan el mundo físico (lo que se conoce como realidad aumentada o AR). En otras palabras: VR + AR = realidad mixta (MR). En ocasiones, el término “realidad extendida” o “XR” se utiliza para abarcar todos los tipos de realidades. Ya conocemos lo básico, pero ¿por qué esta área de innovación resulta tan atractiva?
Desde que surgieron los primeros ordenadores o, al menos, desde que se inventó la interfaz de usuario gráfica, hemos hecho una distinción entre el mundo real y el mundo digital, como si una de esas dimensiones tuviera más valor que la otra.
En Meta, no creemos que haya jerarquías entre el mundo real y el mundo digital. De hecho, ya ni siquiera vemos esa distinción. Lo que define nuestro mundo a día de hoy es la capacidad de desplazarnos cómodamente entre los dos.
Esta afirmación es todavía más precisa en el entorno laboral. Se estima que, en 2025, el 73 % de los trabajadores serán milenials o pertenecerán a generaciones posteriores. Estos empleados nunca han trabajado en entornos laborales sin portátiles, dispositivos móviles, computación en la nube, videoconferencias e internet. Se han pasado toda su carrera con un pie en el mundo físico y otro en el digital. Pasan de reuniones presenciales a correos electrónicos y de ahí a videollamadas sin tener que pensar en cambiar el modo en el que lo hacen o el mundo en el que se encuentran. Es como preguntarle a un pez cómo está el agua hoy. Si pudiera, te respondería: “¿Qué es el agua?”.
La realidad mixta se enfrenta a esa última barrera entre mundos y la suprime por completo. Porque, hasta ahora, el mundo digital solo se podía tocar a través de la pantalla y siempre se mantenía a una distancia prudente.
Pero ya no es así. Con la realidad mixta, nos libramos de las pantallas y conseguimos que el mundo digital, con todas las cosas y las personas que hay en su interior, resulte tan cercano, accesible y normal como el físico. Ya no hay que elegir entre uno u otro: al fusionar las experiencias digitales con el entorno físico, podemos disfrutar de lo mejor de ambos con nuestros propios ojos.
Las experiencias totalmente inmersivas ya han generado mucho valor para los negocios: desde empresas de construcción que usan gemelos digitales para detectar errores de diseño hasta científicos que se forman en líneas de producción virtuales.
La nueva generación de gafas de realidad mixta, entre las que se encuentran las Meta Quest 3, hará que esas experiencias sean más accesibles, reducirá las barreras de acceso, trazará un camino más rápido para mejorar el ROI y ofrecerá formas de trabajar totalmente nuevas.
Por ejemplo, una de las ventajas de trabajar en realidad mixta, en comparación con hacerlo en VR totalmente inmersiva, es que te mantienes conectado con el mundo que te rodea. De hecho, las Meta Quest 3 tienen la capacidad de entender tu entorno mediante IA y no necesitan dibujar una barrera de seguridad artificial para evitar que te tropieces con los objetos que hay en él. Puedes ponerte las gafas y moverte libremente por tu espacio, incluso aunque está lleno de cosas o personas.
Esto abre la puerta a un uso más generalizado de la realidad mixta en plantas de fabricación, almacenes, hospitales y centros de procesamiento. Hasta ahora, todas las gafas que podían usarse en estos entornos tenían baterías o controladores con cable. Las opciones inalámbricas hacen que pasos como la asistencia remota, la ayuda en los procesos de trabajo y la visualización de datos sean más accesibles que nunca.
Entre junio de 2022 y marzo de 2023, las búsquedas mundiales de “AI” (inteligencia artificial) se multiplicaron casi por cuatro y pasaron de 7,9 millones a 30,4 millones; un aumento que deja en evidencia lo candente que es el tema.
Meta lleva más de una década siendo pionera en inteligencia artificial y ha lanzado más de 1000 modelos, bibliotecas y conjuntos de datos para investigadores. Algunas personas se han planteado si Meta tiene más interés en la IA que en la realidad mixta, pero la verdad es que ambas van de la mano.
Creemos que surgirán IA de todo tipo para ayudarnos a hacer cosas completamente distintas y algunas de las cosas más interesantes tendrán lugar en mundos virtuales.
Piensa en ello como un espectro. En un extremo del espectro se encuentran las aplicaciones de IA en 2D, como las nuevas herramientas creativas que nos permiten crear stickers o generar imágenes a partir de instrucciones de texto desde nuestro teléfono. Esto ya se puede hacer, al menos en EE. UU., con Emu de Meta.
En la mitad del espectro se encuentra Meta AI, un bot de chat de última generación que puedes invocar cuando quieras y donde quieras para que te recomiende dónde comer, ir de excursión o comprar, te cuente un chiste o zanje un debate con información disponible en la web.
Por último, en el otro extremo del espectro se encuentra nuestra visión de futuro de la IA y la realidad mixta. A día de hoy, las IA no tienen mucha personalidad. ¿Cómo van a tenerla si solo te muestran unas líneas de texto en una pantalla? Pero ¿y si fueran mucho más que eso? ¿Y si fueran avatares “de carne y hueso” con los que pudieras interactuar en mundos virtuales? ¿Qué aspecto tendrían? ¿Cómo sonarían? ¿Qué sensación darían?
Si has pensado en Tom Brady, Naomi Osaka o Snoop Dogg, has acertado.
Hemos creado todo un equipo de asistentes de IA cargados con información sobre las cosas que te interesan a ti (y a ellos), como los deportes, la comida, el fitness o los viajes. Fue entonces cuando le pedimos a algunos de los famosos más conocidos del mundo que nos ayudaran a darles vida. Ahora tenemos a Tom Brady como Bru, el comentarista deportivo, a Naomi Osaka como especialista en cosplay obsesionada con el anime y a Snoop Dogg narrando historias como Dungeon Master.
Actualmente, ya puedes interactuar con estas IA en Instagram, WhatsApp y Facebook Messenger en EE. UU. Dentro de poco, también podrás interactuar con ellos como avatares 3D en Horizon Worlds. Y, en ese momento, la IA saldrá de las pantallas y se adentrará en tu mundo.
No hace falta mucha imaginación para hacerse una idea de cómo estos avatares en 3D expertos podrían ayudar a la gente a ser más productiva y eficaz en su trabajo.
Por ejemplo, una de las nuevas IA de Meta, Lily, es una escritora especializada que ofrece sugerencias y consejos sobre gramática, ortografía y elección de palabras. Esta nueva generación de IA ofrece una versión hiperinteligente de las típicas instrucciones que ya introduces al usar tu software de colaboración en la nube.
Pero, en lugar de ver instrucciones o sugerencias en la pantalla, imagínate a Lily sentada a tu lado en una oficina virtual mientras trabajas en una nueva presentación o un informe. Podrías girarte y preguntarle directamente: “¿Cómo puedo hacer que esto quede más claro?” o “¿Qué me falta aquí?”. Y ella puede mirarte y decirte: “¿Y si añades esto por aquí?”
.Ahora extrapólalo a cualquier habilidad que te puedas imaginar. Meta también está desarrollando un Estudio de IA para que los desarrolladores puedan usar la tecnología para crear sus propios asistentes. Eso podría permitir que te sientes con un experto estratega, un científico o un abogado en una oficina virtual. O que te encuentres en una planta de fabricación trabajando en una máquina junto al avatar 3D del ingeniero que la diseñó y la construyó.
El impacto de estas IA en la forma en que trabajamos será tan profundo como el impacto que tuvo la web. Hace treinta años, la idea de poder sentarte y acceder a toda la información del mundo a través de una pantalla de ordenador parecía ciencia ficción. Dentro de poco, podremos hacer lo mismo preguntándole directamente a la IA que tenemos al lado. ¿Y quién sabe? A lo mejor ni siquiera tenemos que preguntárselo.
Cuando combinas la realidad mixta con la IA, los resultados son prometedores. Si le preguntas a cualquier persona que trabaje en el mundo empresarial qué hace falta para que la tecnología se popularice de verdad, te dirá una cosa: todo depende del formato.
Si queremos aprovechar el poder de la realidad mixta y garantizar que sea accesible para millones o incluso miles de millones de personas, tenemos que ir más allá de las típicas gafas futuristas y crear algo más ligero, más sencillo y con mejor aspecto. Necesitamos gafas de las de toda la vida. Y muchas.
Por eso, una de las innovaciones que más ilusión nos hacen en Meta es el siguiente paso en tecnología de realidad aumentada: las nuevas gafas inteligentes Ray-Ban Meta.
Tenemos que admitir que las gafas inteligentes tienen una historia un poco accidentada. Esta idea lleva mucho tiempo circulando por ahí, pero por fin ha caído en manos suficientemente ambiciosas. Y, con eso, queremos decir que las gafas inteligentes de Meta no solo ofrecen una funcionalidad increíble, sino que, además, favorecen a quienes las llevan puestas.
Pueden grabar imágenes y transmitir en directo en 4K, tienen altavoces orientados hacia abajo para que puedas escuchar música, permiten compartir las imágenes directamente en Facebook e Instagram y son el primer producto en tener Meta AI integrada desde el principio (al menos en EE. UU.). Eso nos acerca un poco más a avances históricos como la traducción universal instantánea o la posibilidad de ver una cosa y saber qué es de inmediato con solo pedirlo.
La posibilidad de reunir el poder de la IA, la utilidad de la realidad mixta y la simplicidad de las gafas inteligentes en un solo dispositivo abre la puerta a la nueva generación del entorno laboral.
De hecho, ya hay empresas que utilizan realidad mixta y realidad aumentada para hacer formaciones sobre equipos pesados en fábricas, realizar un mantenimiento remoto de ubicaciones industriales de difícil acceso (como parques eólicos) o incluso ayudar a combatir la propagación de incendios forestales analizando datos 3D en centros de operaciones virtuales.
Todos estos casos de uso y miles de supuestos más se vuelven más sencillos y accesibles conforme la tecnología pasa a ser más pequeña, ligera y rápida. Y no solo afecta al trabajo en exteriores o en primera línea. Es fácil imaginarse a alguien poniéndose unas gafas en la oficina para disfrutar de una conversación más inmersiva y natural con el holograma de un compañero que se encuentra en otro lugar o para trabajar con varias pantallas virtuales en lugar de un portátil diminuto.
Las gafas inteligentes nos permiten conectar con compañeros de todo el mundo de una forma verdaderamente espontánea y nos ofrecen acceso inmediato a información y a la experiencia de especialistas en cuanto lo necesitas.
Los macromodelos lingüísticos (LLM, por sus siglas en inglés) están generando mucha expectación desde hace un par de años. Y sí, parte de ello reúne todas las características del típico ciclo de sobreexpectación tecnológica, como las predicciones de que la IA tomará el poder o de que surgirá una superinteligencia inminentemente. Pero, más allá de los titulares, no es de extrañar que tantos profesionales se estén tomando en serio los LLM.
Los LLM están diseñados a partir de modelos “transformer” o transformadores: un tipo especial de red neuronal capaz de aprender sobre los patrones subyacentes de datos secuenciales por su cuenta. Cuando se les introducen grandes cantidades de texto, los transformadores aprenden sobre las relaciones estadísticas profundas que hay entre las palabras y la forma en que suelen usarse en las oraciones. El resultado de todo esto es una IA con unas competencias lingüísticas excelentes que les permiten entender entradas de lenguaje natural y generar texto pertinente, detallado y aparentemente significativo como respuesta.
Esto convierte a los LLM, como GPT-4 o Llama 2 de Meta, en una herramienta de conocimiento con una flexibilidad prácticamente única, acceso a grandes arsenales de información y la capacidad de generar respuestas de texto naturales de todo tipo.
La creación de borradores de texto (como correos electrónicos, presentaciones e informes) es una de las aplicaciones más evidentes en el entorno laboral. Pero, ahora, muchos profesionales están basando estudios y prácticas de aprendizaje continuo en estas herramientas.
Las organizaciones de gran tamaño se enfrentan a desafíos a la hora de gestionar el conocimiento y el aprendizaje. Normalmente, la información se almacena en todo tipo de lugares: desde documentos hasta presentaciones con diapositivas, pasando por hojas de cálculo, entre otros muchos formatos. Hasta los empleados más experimentados pueden pasarse horas, días o incluso semanas buscando un dato, una presentación o un gráfico escurridizos.
Ahora, algunas organizaciones han desarrollado LLM para transformar la manera en la que afrontan ese tipo de retos. En agosto, la consultoría McKinsey anunció Lilli, un LLM alimentado con más de 100 000 documentos de contenido propio. El objetivo de esta herramienta es que el personal de McKinsey pueda acceder al inmenso depósito de conocimiento, datos y otro contenido del sector acumulado por la empresa durante décadas.
“Con Lilli, los consultores de McKinsey pueden usar la tecnología para exprimir al máximo todos nuestros conocimientos y recursos… Este es solo el primero de muchos casos de uso que nos ayudarán a reinventar la empresa”, cuenta Jacky Wright, directora de tecnología y plataforma de McKinsey.
Mientras, Adi Pradhan, socio adjunto de la empresa, está utilizando Lilli como herramienta de aprendizaje: “Uso Lilli para aprender sobre nuevos temas y establecer conexiones entre distintas áreas para mis proyectos”, revela. “Con esta herramienta, dedico un 20 % menos de tiempo a preparar reuniones, pero lo más importante es que mejora la calidad de mi experiencia y mis contribuciones”.
En el futuro, triunfarán las organizaciones y las personas que sean capaces de combinar su propia inteligencia y creatividad con la IA para aprender más, ver más allá y generar resultados todavía mejores.
Imagínate cómo debe ser contar con un asistente, un guía y un compañero de aprendizaje disponible para ayudarte las 24 horas del día en el trabajo. Se trata de una verdadera revolución en la forma en que se comparte y se absorbe el conocimiento. Dentro de no tanto tiempo, muchos empleados esperarán tener acceso a todos estos tipos de entidades conversacionales con tecnología de IA. Parece que estos recursos se convertirán en herramientas de aprendizaje clave para los trabajadores y tendrán un rol esencial en la incorporación y la formación de nuevos empleados.
Tanto los LLM como la inteligencia artificial en general generarán transformaciones únicas. Y es que su trayectoria no ha hecho más que empezar, pues todavía queda mucho por hacer y mucho por aprender.
Para muchas personas, la idea de automatización y los robots evocan imágenes de líneas de producción a gran escala. En realidad, las tecnologías tienen un papel importante en una amplia variedad de sectores más allá de la fabricación.
La automatización puede ayudar en casi cualquier tarea repetitiva y, con las plataformas basadas en la nube, incluso las empresas más pequeñas tienen acceso a herramientas de automatización sofisticadas. Ya sea creando copias de seguridad de datos o haciendo un seguimiento de varios candidatos a un trabajo, la automatización está ayudando a muchas empresas a ahorrar tiempo y dinero.
Los brazos robóticos ya no se limitan a las plantas de fabricación, sino que se usan para hacer intervenciones quirúrgicas, recibir paquetes y mucho más. También empezamos a notar su impacto en casa, donde los especialistas estiman que asumirán casi el 40 % de las tareas domésticas en 2033.
Siempre existe la preocupación de que nos sustituyan en el trabajo, pero la historia nos demuestra que el miedo a que las máquinas tomen el poder es más que infundado. Existía la misma preocupación durante la Revolución Industrial. Sin embargo, los mercados laborales suelen adaptarse a los avances tecnológicos. El Foro Económico Mundial estima que, en 2025, 85 millones de trabajos habrán quedado obsoletos, pero se habrán creado 97 millones de trabajos nuevos.
En lugar de destruir o crear trabajos, las innovaciones en el entorno laboral están transformando los puestos existentes. Piensa en la posibilidad que tienen los equipos de comunicación de programar publicaciones en medios sociales. O en el apoyo que un exoesqueleto robótico ofrece a los empleados de centros de distribución que cargan mucho peso.
La necesidad de mejorar nuestra eficiencia sin sacrificar la calidad hará que dependamos mucho más de la automatización. Ese cambio también nos permitirá ahorrar mucho dinero: Gartner predice que se ahorrarán 80 000 millones de USD solo en los costes de los servicios de atención al cliente en 2026.
Mejorar la eficiencia es algo positivo, pero, para hacerlo, será necesario reajustar los puestos de trabajo.
También es cada vez mayor la preocupación en torno al uso que se hace de los datos recopilados con las nuevas tecnologías del entorno laboral. En países de todo el mundo, los organismos reguladores ya están reflexionando sobre la IA y las posibles estrategias que se deben aplicar para regular su utilización. De hecho, se está trabajando en una ley que regule el uso de la IA en Europa y EE. UU. ha publicado el anteproyecto Blueprint for an AI Bill of Rights (Plan de acción para una declaración de derechos de IA), un conjunto de principios para regular el uso de la IA.
5G, como su nombre indica, es la quinta generación de tecnología móvil inalámbrica. No solo ofrece acceso a internet de forma remota con velocidades de subida y descarga más rápidas, sino también conexiones de red constantes con una capacidad mejorada. A finales de 2024, se prevé que esta tecnología llegue a más del 40 % de la población mundial.
Puede que ya tengas un móvil con conexión 5G, pero sus funciones van mucho más allá de permitirte desplazarte por los medios sociales con tiempos de carga reducidos. Al hacer que internet sea accesible, el 5G está generando grandes cantidades de datos. Cuando esos datos se combinan con la IA, la automatización y los robots, nos ayudan a tomar decisiones más fundamentadas, adaptarnos a los cambios en tiempo real e implementar a gran escala las últimas ideas basadas en tecnología.
El cambio a las redes inalámbricas de 5G tiene el potencial de revolucionar sectores enteros: desde la fabricación hasta el transporte, pasando por la sanidad y el comercio minorista. El 5G ofrece una conexión superrápida y una integración de tecnologías como la AR y la VR.
Las fábricas inteligentes o Smart Factories podrán simplificar procesos y el transporte de bienes evolucionará con la llegada de vehículos automatizados. En el sector sanitario, los médicos podrán viajar a distancias lejanas para examinar y diagnosticar de forma virtual. Además, se espera que el 5G pase a ser más accesible y contribuya a reducir la brecha existente entre trabajadores con sueldos altos y bajos.
El internet de las cosas (IoT) hace referencia a los miles de millones de dispositivos que se conectan a internet y recogen datos mediante una red inalámbrica sin intervención humana. Piensa en el altavoz que muchos tenemos en la cocina o en los videoporteros que conectan la puerta de casa con nuestros teléfonos.
Esto es posible gracias a la presencia de sensores, procesadores y datos en los rincones más pequeños. Si añadimos una conexión a internet inalámbrica a la mezcla, los dispositivos de casa del día a día se convierten en “inteligentes”.
Actualmente, tenemos sistemas de control del clima que hacen un seguimiento de los niveles de temperatura y deciden cuándo encender la calefacción o cortinas que se abren según tu horario matutino. Puede que te sorprenda, pero 15 000 millones de objetos estuvieron conectados al internet de las cosas en 2023 y esta cifra podría casi duplicarse hasta alcanzar los 29 000 millones en 2030. Está claro que los dispositivos inteligentes ofrecerán aplicaciones nuevas e incluso aún más interesantes en un futuro cercano y que las empresas se mantendrán a la vanguardia casi con total seguridad.
En el entorno laboral, el 5G ayuda a optimizar procesos, como hacer un pedido automático de tinta de impresora cuando se está acabando o apagar las luces y el aire acondicionado de habitaciones que estén vacías. Las tecnologías emergentes del internet de las cosas harán que los lugares de trabajo sean todavía más inteligentes, automatizarán los procesos de comunicación y usarán sensores de ocupación para identificar espacios llenos de gente. Los procesos de reducción del trabajo dejarán más tiempo libre para el pensamiento crítico y para concentrarse en tareas más complejas.
Se prevé que el internet de las cosas beneficie a una amplia variedad de sectores y que los dispositivos conectados proporcionen datos en tiempo real que ayuden a los humanos a tomar decisiones más fundamentadas e instantáneas; por ejemplo, monitorizando los niveles de existencias y el número de visitantes de una tienda minorista o midiendo la temperatura y la humedad de una planta de producción. Al usar la IA para analizar datos, las empresas pueden obtener y explorar información que antes habría requerido más tiempo y esfuerzo.